viernes, 19 de junio de 2009

Chicha para cantar y bailar

La cultura chicha, está relacionada con el surgimiento de la música chicha. Este género musical no ha creado una nueva cultura distinta sino ha agarrado, desde la producción musical-cultural, una forma de expresarse de los migrantes provincianos de la ciudad. Esta forma de expresarse se manifiesta en la música, que es una mixtura, el producto de intercambios culturales.
Los grupos musicales del centro del país mezclaron la cumbia colombiana con sones andinos, generando la "música chicha". Respecto a esta historia, se coincide en que fueron "Los Demonios del Mantaro" quienes en los años 60 comenzaron a interpretar con ritmo peculiar "La chichera", cuya grabación, en 1966, batió records de venta. En 1970, el líder del grupo Los Ecos, editó un disco en el que adjetivaba su música con el término "Chicha", diciendo en una entrevista que "Aunque muchos no asumen lo de "chicheros" o "chicha" por el peyorativo manejo que hacen del término, otros sí se sienten orgullosos".
El fenómeno ya había sido advertido por antropólogos como Degregori quien observó que la música chicha era expresión de un fenómeno cultural que tenía que ver con las nuevas presencias andinas en la capital. En 1984 escribió:
"La chicha permite la cohesión grupal de esa inmensa masa de migrantes andinos, articulados cada vez más estrechamente a aquellos que no migraron, o regresaron, o se aprestan recién a migrar (…) la chicha es cada vez más el remate final y multitudinario de infinidad de fiestas andinas, folklóricas y patronales en sierra, selva y costa (…) el público criollo, limeño, ha desertado del vals criollo por la "salsa" como ritmo favorito de las fiestas , pero incluso ésta es derrotada ampliamente por los huaynos y la chicha, que llenan coliseos y desbordan estadios…".
En los años 90, los locales para bailar la cumbia andina eran llamados "chichódromos" y estaban en el centro de Lima. En amplios terrenos que servían para estacionar autos en el día, se improvisaban estos lugares donde se vendían carteles, discos. El grupo favorito era Los Shapis, y la estrella máxima "Chacalón", que reunió a 20 mil personas en su entierro diez años más tarde. El público era fácil de identificar, jóvenes migrantes o hijos de migrantes, de bajo nivel sociocultural.
La "chicha" peruana merecería ser titulada una cultura, o "subcultura" que ha crecido al lado de las populares tradicionales y de las importadas del norte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario