La "cultura chicha" no sólo se ha convertido en un referente de lo informal, también ha adoptado una estética específica que ha terminado extendiéndose en el tejido social del país, generando en sí misma un mecanismo de inclusión.
Por eso, la cultura chicha transmutó lo rural andino en algo más común, algo que podía ser asumido para integrar dos mundos, el andino-migrante con lo citadino. Y principalmente por el uso de códigos comunicacionales comunes a ambos: el idioma, por un lado, y la plástica. La plástica chicha no es ya "telúrica", marcadamente andina. Se ha transformado en la vistosidad colorida que conocemos, la cual sin embargo mantiene una identidad ajena a lo citadino. Esta plástica logra ser un puente más efectivo aún. El poster chicha, colorido y aparentemente caótico, es un reflejo de la misma estética que inspira a la música chicha: ruidosa, llamativa, con un fuerte afán por la atención del espectador u oyente, y la moda que realza su atrevimiento, creatividad y originalidad.
La moda es más fácil de usar cuando no incomoda. Y mejor aún cuando ha sido trabajada con un concepto que trasciende lo efímero. Y luego de ver a la cultura chicha, en la televisión, radio, prensa, música, incluso la comida, debemos de concluir que la “chicha” no es nada efímera, que llegó hace mucho tiempo atrás, migró del ande para instalarse en la ciudad y permanecer aquí.
Por eso, la cultura chicha transmutó lo rural andino en algo más común, algo que podía ser asumido para integrar dos mundos, el andino-migrante con lo citadino. Y principalmente por el uso de códigos comunicacionales comunes a ambos: el idioma, por un lado, y la plástica. La plástica chicha no es ya "telúrica", marcadamente andina. Se ha transformado en la vistosidad colorida que conocemos, la cual sin embargo mantiene una identidad ajena a lo citadino. Esta plástica logra ser un puente más efectivo aún. El poster chicha, colorido y aparentemente caótico, es un reflejo de la misma estética que inspira a la música chicha: ruidosa, llamativa, con un fuerte afán por la atención del espectador u oyente, y la moda que realza su atrevimiento, creatividad y originalidad.
La moda es más fácil de usar cuando no incomoda. Y mejor aún cuando ha sido trabajada con un concepto que trasciende lo efímero. Y luego de ver a la cultura chicha, en la televisión, radio, prensa, música, incluso la comida, debemos de concluir que la “chicha” no es nada efímera, que llegó hace mucho tiempo atrás, migró del ande para instalarse en la ciudad y permanecer aquí.
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